El tamizado es un proceso imprescindible cuando las aguas residuales brutas llevan cantidades excepcionales de sólidos en suspensión, flotantes o residuos, y que consiste en una filtración en la que se hace pasar el agua residual bruta del tamiz.
El objetivo de este proceso es conseguir la eliminación de materia que por su tamaño pueda interferir en los tramientos posteriores.
Disponemos de una gama extensa de tamices que vamos a clasificar según la procedencia del efluente y de su situación.
Efluente Bombeado mediante Tubería
Tamiz Estático: Con luz hasta 3 mm
Tamiz Rotativo: Con luz hasta 3 mm
Tamiz de Sinfín con Carcasa: Con luz de 3 a 7 mm
Efluente Conducido por gravedad mediante canal de hormigón
Tamiz de Sinfín: Con luz de 3 a 7 mm
Tamiz de Escalera: Con luz de 3 a 6 mm
Tamiz de Aliviadero que se colocan en los aliviaderos laterales del
colector de entrada para evitar la salida de sólidos al cauce del rio.